Con 50,3 millones de euros de presupuesto, Spiderman: Apaga la oscuridad está considerado el musical más caro de la historia. Pero esta producción también está batiendo marcas por el número de heridas que ha provocado entre sus actores y por las constantes demoras en el estreno oficial. Durante los pases de preestreno estos días, dos actores han sufrido graves heridas y se han visto obligados a salir del reparto.
El incidente más sonado ocurrió el pasado 20 de diciembre. Christopher Tierney, enfundado en las mallas del Hombre Araña, se disponía a protagonizar uno de sus saltos, con la ayuda de la famosa telaraña que emana de sus muñecas. En lugar de eso, y desde una superficie de siete metros, cayó al suelo. Tierney sufrió una fractura craneal, se rompió cuatro costillas y se fisuró tres vértebras. Durante cada representación, diversos actores interpretan al superhéroe, dadas las muchas acrobacias que requiere el papel.
A finales de octubre, Kevin Aubin, uno de los actores que interpretaba al héroe arácnido se rompió las dos muñecas. El primer pase de la producción, el 28 de noviembre, fue un desastre: sobre la cabeza de la actriz Natalie Mendoza, que interpretaba a la superheroína Arachne, se desplomó una cuerda pesada, y sufrió una contusión. El golpe le dejó secuelas, como náuseas y mareos y decidió dejar la producción. No fue la primera en irse.
En marzo, la actriz Evan Rachel Wood, que iba a interpretar a Mary Jane Watson, la novia del superhéroe, abandonó el proyecto. Lo mismo sucedió en abril con el veterano Alan Cumming que iba a ser el villano Duende Verde. Por aquel entonces el musical parecía destinado a no estrenarse jamás, con constantes demoras en la fecha de apertura en Broadway y exorbitantes aumentos en los costes de producción.
Las desgracias, sin embargo, parecen haber dado sus réditos económicos. Tanta ha sido la publicidad que hay lleno en los preestrenos. En diciembre, en una sola semana, el musical recaudó un millón de dólares (unos 774.000 euros).
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