Hasta el 23 de enero del 2011, podremos disfrutar de la exposición que se ofrece en el Museo del Prado del famoso pintor barroco Pedro Pablo Rubens.
Rubens es la gran figura del siglo XVII en Flandes, y una de las más importantes del Barroco europeo.
Rubens personifica al pintor barroco por excelencia, recibiendo influencias de los grandes maestros italianos, tanto contemporáneos como del pasado, sobretodo de Miguel Ángel, en cuanto a los grandes volúmenes y de Tiziano y la escuela veneciana en lo que se refiere al color y al gusto por la mitología.
Esta exposición, que recoge 90 cuadros del pintor flamenco, muestra a la perfección el dinamismo y la exhuberancia del artista.
Rubens cultiva todos los géneros. Como pintor religioso, crea multitud de grandes y espectaculares cuadros, tal y como se comprueba en El descendimiento de la cruz.
Su faceta más conocida es la del pintor mitológico, donde exalta la alegría de vivir y la belleza, como en El juicio de Paris o Las tres gracias.
Rubens es uno de los grandes cultivadores de las series historico-alegóricas, como la que realiza sobre María de Medicis, en la que la Reina comparte protagonismo con seres históricos y mitológicos.
Sus retratos cortesanos reflejan el estatus social y el refinamiento de sus personajes, siempre reyes y aristócratas.
El arte de Rubens es un arte al servicio de la Iglesia y la monarquía, y su gran influencia estilística llega hasta el siglo XIX.
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