Es muy probable que dentro de unos años el panorama musical del mundo no lo puedan reconocer ni sus propios protagonistas, los artistas, y es que en este mundo de globalización los grandes artistas llevan las de ganar. Como ejemplo podemos encontrar a dos grupos legendarios como son Pink Floyd y The Beatles que han impuesto sus condiciones a una misma multinacional, EMI.
Todo comenzaba el pasado martes en el que se hacia publico que Pink Floyd había ganado la partida a la discografía EMI. El año pasado el grupo Británico llevo a juicio a su discografía alegando que saboteaba su “integridad artística” al dejar que iTunes vendiera canciones sueltas de sus elepés como obras totales. El juez dictaminó a su favor imponiendo las costas a EMI.
Pero en realidad Pink Floyd no estaba batallando por prohibir la comercialización de sus canciones sueltas, ya que en tiempos del vinilo autorizaban la edición de discos sencillos, que hicieron que canciones tan populares como Money o Another Brick in the Wall fueran enormes éxitos mundiales.
En realidad de lo que se trataba con todo este suceso era la renegociación del “nuevo” negocio musical, es decir llevarse beneficios de las ventas de sus canciones por Internet.
Al final tanto EMI como Pink Floyd han llegado a un acuerdo que permitirá a EMI explotar todo el catalogo de canciones del grupo durante los próximos cinco años, incluyendo la venta de canciones por separado.
Y es que para EMI solo hay un grupo más rentable que Pink Floyd: The Beatles y en este caso la discográfica también a claudicado.
Los beneficios de la venta de toda la discografía de los de Liverpool en iTunes alcanzaron en la primera semana los 450.000 álbumes vendidos y dos millones de canciones.
Estos dos grupos han sido unos de los primeros en ver esta gran posibilidad, pero en un futuro no muy légano no serán los únicos ya que los grandes grupos de ahora y de antes están empezando a ver el gran “negocio” en Internet y como es lógico no se lo quieren perder.
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