La película Maria Antonieta está escrita y dirigida por Sofía Coppola y protagonizada por Kirsten Dunst y Jason Schwartzman y es una adaptación de la novela de Antonia Faser “Marie Antoinette-The Journey”.
La película no fue bien aceptada por la crítica que la tildó de fría y banal porque se centra más en dar a conocer la vida de lujo de la corte de Versalles sin adentrarse más allá en la historia.
Según mi parecer, esta película merece ser comentada por su dirección artística ya que adapta estéticamente una historia del siglo XVIII a una historia de interés actual. Como ya he dicho los escenarios y el vestuario están muy logrados y nos hacen trasladarnos a aquella época. Vestidos repomposos, un palacio ostentoso, carruajes lujosos, etc. Pero la ambientación destaca por la predominancia de los colores pastel en el vestuario, en la comida o en otras escenas que reflejan momentos de ocio. La utilización de dichos colores hacen que la película parezca estar ambientada en la actualidad y que se asimile a los anuncios y obras artísticas actuales.
Toda esta recreación se acompaña de música barroca cercana a esa época pero con predominancia de música moderna de grupos como The Strokes, New Order, The cure, Siouxsie and the Banshees o Adam and the Ants. Además hay una escena, que bien merece la pena destacar, en la que Maria Antonieta está eligiendo ropa y zapatos y comiendo y bebiendo muy animadas y que está ambientada con la canción I wan Candy. En un momento dado se enfocan unos cuantos zapatos tirados por el suelo entre los cuales hay unas zapatillas Converse. Este detalle anacrónico llama la atención pero no queda para nada antiestético ni fuera del marco estilístico de toda la película.
La visión de Sofía Coppola a la hora de recrear la vida de Maria Antonieta en la corte de Versalles lleva a plantearnos si la protagonista tenía una mentalidad adelantada a su tiempo en algunos sentidos y mucho en común con la sociedad en la que vivimos actualmente. La historia de Maria Antonieta podría ser la de cualquier adolescente actual caprichosa insegura y desubicada en el entorno en el que le ha tocado vivir. La única diferencia que habría entre ella y una adolescente actual es que el centro de sus caprichos en vez de ser zapatos de tacón y vestidos repomposos lo serían Iphones o ropa de Zara y que en vez de pensar en jugar al poker y a acudir a bailes de máscaras lo haría con las mejores discotecas o restaurantes.
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