jueves, 18 de noviembre de 2010

No es un juego de niños


Frances Lee Glessner fue una mujer caracterizada por su ternura y por su faceta oscura que revolucionó el estudio de investigación de la escena del crimen. Una rica heredera que invirtió su dinero y tiempo en el estudio de la criminalística.


Nació en una acaudalada familia de Chicago y que por las restricciones impuestas por su familia no pudo ingresar en la universidad hasta 1930, cuando tenía ya 52 años. Ingresó en la Universidad de Harvard donde fundó la primera oficina dedicada al estudio de la medicina forense en los Estados Unidos.



Aproximadamente en 1943 crea una nueva manifestación de arte “Los asesinatos en cáscara de nuez” donde combinaba sus dos aficiones: las casas de muñecas y la ciencia forense.


Sus trabajos representan las escenas de crímenes, en ese entonces sin resolver, con mucha precisión y exactitud. El propósito de estas obras en miniatura era enseñar a los investigadores a hacer una minuciosa observación de todos los escabrosos detalles que se encontraban en las escenas de los sucesos. Esta perfección en sus obras hizo que lograran resolver la mayoría de los crímenes.



“Fanny” como era conocida en su entorno más cercano, era seguidora de los sorprendentes juegos de Sherlock Holmes que sirvió de inspiración en la creación del personaje de Jessica Fletcher de la serie de televisión “Se ha escrito un crimen” y más recientemente el asesino de las miniaturas de la popular serie CSI.




1 comentario:

Natalia Liquiñano dijo...

Increíble!!!! un punto de vista muy singular para el estudio criminológico, y que sin duda ha sido todo un referente... recuerdo que me llamaron mucho la atención los cápitulos de CSI que giraron en torno al "asesino de las miniaturas"... me ha gustado la entrada :)