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Mientras muchos artistas urbanos se dedican a pintar paredes por todas las ciudades del mundo, en una ciudad, Sao Paolo, un artista de 29 años reinventa el arte del graffiti. Su nombre, Alexandre Orion.
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Al joven Orion se le ocurrió una noche adentrarse en el túnel Max Ferrer equipado con un trapo y agua con el propósito de limpiar las paredes del túnel que se veían cubiertas de una espesa capa negra producida por la contaminación del humo de los coches. A base de paciencia y mucha técnica, fue dibujando calaveras, una detrás de otra, por la pared del túnel.
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Sin embargo, a las autoridades no le hizo ninguna gracia, pues intentaron detener a Alexandre, pero resultó que no podían hacerlo, ya que no estaba cometiendo ningún delito al estar limpiando un espacio público. En vista de eso, procedieron a limpiar las paredes del túnel para borrar la obra, sin embargo, sólo limpiaron la zona donde el artista había dibujado sus calaveras.
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La obra, según el autor, habla de la contaminación que nos rodea que no podemos ver y no nos damos cuenta de que se trata de un mal que puede ser mortal para todos.
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